viernes, 5 de agosto de 2016

PRIMERA PARTE





¡Existe un tesoro¡ … dijeron aquellos hombres cuando el vieron el mapa de la República Mexicana. – Es el tesoro que hace más de trescientos años, el Tesorero del Rey de España don Julian de Alderete buscó incesantemente junto con Hernán Cortes por la tierra azteca e inclusive, hasta debajo del lago de lo que fue Tenochtitlán y jamás lo encontraron.-  Era el tesoro de Moctezuma, el que estaba en su palacio y fue trasladado de ese lugar, para esconderlo de sus conquistadores los españoles – Ni aún con el tormento de quemarle los pies, el último Tlatoani azteca Cuauhtémoc reveló su ubicación. – Era el tesoro de Moctezuma - interpeló el Gran Maestro – a más de tres siglos, ese patrimonio oculto se encuentran los secretos para gobernar la humanidad eternamente, no solamente son joyas y piedras preciosas, son también los códices secretos con los que hallaremos todas las verdades que rigen las leyes universales del sumo creador. Rescatémoslo, busquémoslo hasta el último rincón de la sierra, lo podemos encontrar. ¡Bendecidos seamos hermanos, que la iluminación y la sabiduría está con nosotros!

Cuando hallemos el tesoro, América será la nación más poderosa del mundo. Alegrémonos que los designios del destino manifiesto son ciertos; México es una nación donde habita el crimen, donde todos los demonios andan sueltos. No impera la democracia y no existe tampoco la libertad. Es un  pueblo sumamente ignorante, que no merece su riqueza, ni guardar en su patria, los íntimos secretos con los cuales nosotros, los hijos de dios,  gobernaremos el mundo por los próximos mil años.

¡Declaremos la guerra¡ Busquemos ese tesoro y nuestras generaciones estarán por siempre agradecidas. Iniciemos entonces el nuevo orden mundial, ganando esta guerra a nuestro país vecino México. Luchemos hermanos contra la oscuridad, mantengamos el equilibrio y preparémonos para la lucha interna que sostendremos entre nosotros en los próximos años. ¡Que mejor que en México, donde aprenderemos primero!

La ceremonia termino y ante la presencia del símbolo de Baphomet, cada uno de esos inminentes hombres de nombre desconocido,  instruyó a su gobierno, lo que tenía que hacer. ¡Todo sea por cumplir el destino manifiesto, los designios del Supremo Hacedor de todas las cosas¡.

Fue entonces cuando el agente secreto James Thompson, salió de América, para dirigirse al suelo mexicano. Era el día primero de mayo, de 1844.




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